Y bueno, algo de la nieve hay que decir. Si el año pasado nos pasamos semanas hablando de un granizo odioso, yo creo que ahora de la nieve, que encima es algo fantástico, se puede hablar tranquilamente hasta que termine julio.
Una cosa que se notó con esto de la nieve, es cuánto le gustan a la gente -en este caso estoy incluido la gente- los muñecos de nieve. Por eso es que ayer, apenas cayeron unos copitos, todos los que tenían jardines o patios salieron a armar el suyo.
Fue justo ahí cuando toda nuestra inexperiencia salió a la luz. La gente hizo su mejor esfuerzo -teniendo en cuenta que no había tanto volumen de nieve-, pero no pudo estar a la altura de las circunstancias. Más que muñecos, estos son los mejores monstruitos que pudieron ser creados:
No sé a ustedes, pero a mí me dan un poco de miedo; no me gustaría nada que se me aparezcan en la mitad de la noche cuando estoy sólo en mi cuarto.
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